Muchos estudiantes actuales de informática y programadores junior abordan el debate actual sobre el impacto de la IA en el mercado laboral con una mezcla de incredulidad e incertidumbre. Mientras algunos anuncian una sustitución masiva de científicos informáticos en estos puestos de entrada, otros creen que las herramientas de IA podrían ayudar a navegar este periodo turbulento gracias a las capacidades aumentadas que ofrecen a los trabajadores que saben utilizarlas. Este artículo examina ambas caras de la moneda a partir de los datos disponibles.
Se trata de una ampliación, no de una sustitución
“Hacer predicciones es difícil, especialmente sobre el futuro”. Esta cita, atribuida al Nobel de Física Niels Bohr, refleja perfectamente la cautela con la que deben considerarse las afirmaciones sobre el impacto futuro de la IA. Por eso, resulta relevante basarse en datos provenientes de estudios rigurosos.
Al enfrentarnos al debate actual sobre el impacto de la IA Generativa (GenAI), deberíamos hablar más de empleos afectados por la IA que de empleos reemplazados por ella. De hecho, según el reciente informe de la OIT titulado “Generative AI and Jobs: A Refined Global Index of Occupational Exposure”, 1 de cada 4 empleos en el mundo está potencialmente expuesto a la GenAI, pero es más probable que las tareas se transformen que que se automaticen por completo.
Es cierto que la llamada "inteligencia" de los modelos GenAI ha aumentado exponencialmente en los últimos años, hasta el punto de que existen Modelos de Lenguaje de Gran Escala (LLM) que superan el nivel humano en pruebas de rendimiento basadas en preguntas de nivel doctoral. Pero una cosa es la capacidad de resolver problemas específicos gracias al vasto conocimiento adquirido durante su entrenamiento, y otra muy distinta es la capacidad real, efectiva y práctica de sustituir por completo a un trabajador en el desempeño de todas sus funciones asignadas.
Además, el impacto real de la IA dependerá en gran medida de la velocidad con la que esta tecnología se implemente a nivel mundial. La falta de habilidades digitales, el coste tecnológico asociado a la implementación de tecnologías en constante evolución, o el simple acceso a una red eléctrica adecuada o a Internet de banda ancha, son barreras fundamentales que retrasarán necesariamente la adopción de la IA y, con ello, su impacto en el mercado laboral. En este contexto, un análisis preciso del efecto que podrían tener las brechas en infraestructura digital en América Latina se llevó a cabo en 2024 en un documento de trabajo conjunto entre la OIT y el Banco Mundial. SEGUIR LEYENDO